jueves, 25 de octubre de 2007

Andurin en la impro

Por Rebeca Braloca. Foto: Juan Antonio Cuesta

Llega esta noche a Granada 10 el colegiado Andurin, un árbitro duro donde los haya, arrogante, con mala leche desde que nació pero un auténtico profesional en su trabajo, riguroso aunque siempre polémico. Su misión “tunait” será arbitrar el segundo partido de la Liga de Match de Improvisación de Granada que enfrentará a Azules contra Naranjas. Dura tarea la de Andurin si tenemos en cuenta que los seguidores de ambos equipos defenderán con uñas y dientes a sus improvisadores favoritos. Después de muchos meses de negociaciones Andurin ha aceptado concedernos una entrevista de cara al próximo encuentro.

P. Los improvisadores son personas cargadas de ego que se creen invencibles ante cualquier enemigo ¿Cuál es su secreto para mantener la calma ante las fieras improvisadoras?


R. Menuda pregunta. No hay ningún secreto señorita. El árbitro no se hace, se nace. La capacidad de mando, la ecuanimidad, ese saber estar que nos caracteriza a los colegiados es un don de la naturaleza. Todo jugador, nada más verme sabe quién tiene el mando.

P. Sus decisiones suelen ser muy polémicas ¿Cree que el público es injusto con usted?


R. Es injusto, por supuesto, pero el público, el pobre, es lo que tiene. No se pueden pedir peras al olmo ni opiniones sensatas a un mero espectador. Si yo fuera de la comisión de la liga de improvisación otorgaría plenos poderes a los árbitros para decidir qué equipo merece cada punto. Pero en fin, es lo que tenemos.

P. En el mundo arbitral es conocida su impasibilidad ante la violencia sobre su persona ¿No teme a los calcetinazos?

R. Me crié en un orfanato donde la inteligencia de mis compañeros no alcanzaba para entender mis dotes especiales. A lo largo de mi infancia he recibido patadas en la espinilla, globos de agua llenos de harina, caracolazos… En fin, que a estas alturas de la vida no vamos a alarmarnos por unos cuantos calcetines. Eso sí, le digo una cosa, como un día descubra quién es el cabrón que los reparte en la entrada… vamos a tener más que palabras.

P. ¿Tiene una relación de amistad con sus linieres o es de los que piensa “donde tengas el trato no metas tu silbato”?

R. ¿Amistad? La amistad señorita es un sentimiento inútil. Tengo pleno respeto hacia mis subordinados, claro, pero amistad no. Los sentimientos no caben cuando uno está ejerciendo una profesión tan importante como la mía, podría entorpecer mi labor.

P. Andurin es implacable en sus decisiones y tiene fama de incorruptible ¿Ha conocido el amor?

R. Vaya gilipollez de pregunta, ¿Dónde estudió usted periodismo señorita? Da igual. A ver, le contestaré de todos modos. No. Y espero que no siga usted por esos derroteros si no quiere que me levante y me marche.

P. ¿Qué le diría al público si lo tuviera frente a frente y sin calcetines?

R. Eso es imposible, yo siempre llevo calcetines.

P. No, me refiero a que el público no tenga calcetines para arrojarle.

R. Ah, se refiere a eso. En realidad nada. Mi relación con el público es meramente profesional.

P. Todos sabemos que la vida arbitral es muy dura y los aplausos siempre se los lleva quien improvisa ¿Ha sentido alguna vez la tentación de colgar el silbato y hacerse improvisador?

R. Por Dios no diga tonterías. Los jugadores son una parte necesaria para que el público pueda disfrutar del espectáculo arbitral, no voy a decir lo contrario, estoy casi agradecido por sus patochadas en escena. Pero de ahí a rebajarme yo a improvisar…

P. ¿Qué consejo daría a los equipos para el partido de esta noche?

R. Que intenten hacerlo lo mejor posible. No espero mucho, pero qué le vamos a hacer.

P. Para terminar, pida un deseo.

R. Otra tontería, se ve que de los dos soy el único con una profesión sería. Tengo mejores cosas que hacer señorita. Buenas noches.

Después de esta pregunta Andurin se marchó sin despedirse (y sin pagar el café) del bar donde se realizó la entrevista. El árbitro dejó a esta reportera con la palabra en la boca y la moral un poco baja. Esperemos que esta noche el colegiado controle su genio y se muestre siempre justo en sus decisiones. Por el bien de todos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha impresionado, sobre todo, lo del orfanato. ¿Quienes serían sus padres?

Anónimo dijo...

Ning0, yo intenté preguntarle por sus progenitores durante la entrevista pero no soltó prenda y llegó a ponerse muy violento. Una infancia difícil forja un carácter agresivo. Creo que no lleva muy bien lo del nombre.

Anónimo dijo...

Una pena. Te tocan (que no los eliges) unos padres de aquella manera... y eso no hay quien lo enderece luego.